En un mundo apresurado, donde nos pasamos media vida corriendo y llegando tarde, donde ya se empieza a oír el clamor por recuperar un ritmo más lento, tiene gracia que cada vez se organicen más carreras populares.
Es espectacular la cantidad de eventos de este tipo de carácter urbano entre las que puedes escoger cada fin de semana, como lo es la cantidad de gente corriendo por la montaña y emulando a Kilian Jornet.
Aunque admiro a Kilian, ya no podría imitarle, pero confieso que me estoy enviciando con esto de las carreras populares, en parte motivada por mis amigas Montse y Susana, las maratonianas.
La Cursa de la Dona (la Carrera de la Mujer) llegó a su novena edición ayer en Barcelona. Y las 20.000 mujeres que sorrimos en ella no sufrimos por llegar tarde a ningún lado.
Esta vez no corrimos por eso, sino por contribuir a la lucha contra el cáncer. Pero también por hacer deporte, disfrutar de la ciudad, disfrutar de las amistades y pasarlo muy bien. ¡Así da gusto correr!
Mi amiga Neus me dijo ¿Te has fijado que todos los niños que estaban mirando la carrera estaban contentos y nos sonreían al pasar?
¿Se puede mirar una carrera como ésta y no sonreír? ¡Imposible!
En la foto, antes de salir, con Montse, Susana y Neus. Aquí abajo, otras imágenes de la cursa.