Las cifras de la convocatoria de los Premios Aprendizaje-Servicio 2022 constituyen un chute de energía y de optimismo se mire como se mire:

Se han presentado 359 proyectos (el año pasado fueron 358) de todas las Comunidades Autónomas, lo cual es una buenísima noticia en el contexto de un curso académico que comenzó con bastantes incógnitas.

De estos 359 proyectos, se desarrollaron:

• 121 en Infantil y Primaria
• 147 en Secundaria
• 91 en la Formación Profesional.

Más de 600 centros educativos y entidades sociales han estado impulsando estas prácticas, trabajando codo a codo con la comunidad:

• El 47% son centros públicos
• El 39% son centros concertados
• El 3% son centros privados
• El 12% son entidades sociales (asociaciones ambientales, culturales, sanitarias, de educación no formal…)

121.429 niñas, niños y jóvenes se comprometieron en acciones de mejora del entorno: de protección del medio ambiente, de apoyo a personas mayores, de fomento de la igualdad entre mujeres y hombres, de apoyo a personas con discapacidad, de refuerzo de la lectura, de conservación del patrimonio, de fomento de hábitos saludables, de cooperación al desarrollo,  de mejora de la convivencia…

Todas ellas experiencias solidarias que les permitieron, además, fortalecer conocimientos, habilidades, actitudes y valores. De esto trata precisamente el aprendizaje-servicio: de aprender haciendo un servicio a la comunidad.

Pero sería posible impulsar estas prácticas sin la voluntad y profesionalidad de muchísimos docentes y educadores, que confían en la capacidad de los chicos y las chicas; les despiertan la curiosidad por el mundo que les rodea y les animan a actuar como ciudadanos activos. ¡Son nuestro gran tesoro!.

A todos vosotros, ¡muchas, muchísimas gracias por poner el foco en la fraternidad, la solidaridad y el bien común!