La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha firmado acuerdos con ocho universidades españolas, cinco de ellas madrileñas. Quieren implantar proyectos de Aprendizaje-Servicio.
Este convenio lo han suscrito los rectores Carlos Andradas (Universidad Complutense); Guillermo Cisneros Pérez (Universidad Politécnica); Rafael Garesse Alarcón (Universidad Autónoma); Juan Romo (Universidad Carlos III); Javier Ramos López (Universidad Rey Juan Carlos I); Fernando Galván (Universidad Alcalá de Henares); Alejandro Tiana (UNED); y Carlos Nombela (Universidad Internacional Menéndez Pelayo).
OFICINA MUNICIPAL APS
Para materializar el acuerdo, el Ayuntamiento establecerá una oficina que servirá de puente entre las universidades y las áreas de Gobierno y Juntas de Distrito para coordinar los programas, mientras que cada universidad nombrará un interlocutor, encargado de coordinar la actividad de los alumnos en la institución.
Estos interlocutores configurarán la comisión técnica APS dentro de la Conferencia de Rectores de las Universidades Madrileñas, a las que se suman también la UNED y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
Los proyectos que se desarrollen podrán partir tanto del propio Ayuntamiento como de las universidades. Desde la Oficina Municipal APS se establecerán reuniones conjuntas entre el profesorado responsable de cada proyecto y los gestores municipales competentes en la materia, para determinar los requerimentos, calendario, viabilidad, ejecución y evaluación de la iniciativa.
En virtud de este acuerdo, los universitarios de Madrid realizarán servicios a la comunidad como complemento de su aprendizaje académico. El convenio, que tendrá una duración inicial de cuatro años, aunque luego podrá prorrogarse, traduce oficialmente los proyectos piloto que se han venido desarrollando durante el último año, que fueron desgranando los rectores asistentes.
DANDO SENTIDO A LOS APRENDIZAJES
El rector de la Universidad Politécnica de Madrid, Guillermo Cisneros, ha ensalzado -como portavoz de los rectores- este plan que permitirá compaginar el aprendizaje académico con «la mejora de la calidad de vida y la inclusión social».
«Es una oportunidad para extender nuestra colaboración como universidades públicas al entorno en el que nos radicamos», ha indicado este rector, que ha concretado los ámbitos sanitarios, educativos o el del desarrollo de infraestructuras verdes podrían contar con el apoyo de los universitarios.
Según ha explicado la alcaldesa de Madrid, el intercambio permitirá a los alumnos dar contenido a lo aprendido en las aulas y ganar experiencia, y la sociedad se beneficia porque contribuirá a la mejora de su calidad de vida sin que suponga coste alguno para las arcas municipales.
Como ejemplo de los programas de aprendizaje-servicio, la vicerrectora de la Universidad Menéndez Pelayo ha expuesto el plan de esta institución para que los estudiantes de uno de sus máster colaboren con el control de especies invasoras en los parques de Madrid, de manera que la comunidad de beneficie del aprendizaje de los estudiantes.
Entre estos proyectos está uno de apoyo al pequeño comercio en Vicálvaro, donde los universitarios supuestamente han ayudado a elaborar estrategias; otro de asesoramiento a las empresas ubicadas en los viveros municipales, la conservación de plantas, el fomento de hábitos saludables en un entorno urbano o las llamadas «clínicas jurídicas» de asesoramiento legal sin costes a personas en riesgo de exclusión.
Carmena puso énfasis en la simbiosis de la iniciativa y en la conveniencia de «eliminar la distancia entre universidad y sociedad», que trabarán ahora «una relación muy directa»: los universitarios tendrán «un aprendizaje mucho más intenso y rico» y las pequeñas empresas y la sociedad en general se beneficiarán del conocimiento atesorado por los estudiantes.