Llevamos demasiados meses de pandemia global, de oír hablar sobre la COVID-19 en cualquier momento y situación. Tenemos el cansancio lógico por tanta limitación y porque el horizonte de “normalidad” es una línea difusa demasiado alejada.
Precisamente por esto, es momento adecuado para reflexionar sobre la salud.
Si a alguien se le pregunta: ¿Cuándo se tiene salud?, una respuesta lógica aunque muy mejorable sería “cuando no hay enfermedad”. Pero, ¿cómo tener salud? Aquí respuesta correcta es: “A través de la educación”.
Y es que no hay duda de la relación directa entre el nivel de salud de una comunidad y su nivel educativo. En palabras de la Unesco: “La educación desarrolla las competencias, los valores y las actitudes para que los ciudadanos gocen de una vida saludable, tomen decisiones bien fundamentadas y afronten los problemas a escala local y mundial”.
Sin una educación apropiada, no se tendrán las herramientas necesarias para que los ciudadanos cuiden su salud y sin salud, se pierden muchas oportunidades educativas.
Y, ¿qué mejor manera de conseguir mejorar los niveles de salud y educación de una comunidad que a través de un proyecto de aprendizaje servicio? Tener la oportunidad de participar en uno de ellos permite comprobar cómo estos proyectos desarrollan competencias, valores y actitudes. Enseñan a tomar decisiones basadas en la reflexión para afrontar y mejorar las necesidades de la comunidad.
Regresando a nuestra pandémica realidad actual, es muy merecido reconocer a muchos centros educativos que se han adaptado con rapidez, entrenando habilidades sociales tan demandadas por la sociedad.
Profesores y alumnos que han sido capaces de plantarle cara a la necesidad imperiosa de generar material de protección para los sanitarios en los peores momentos de la pandemia como el proyecto Diseño 3D solidario, del Colegio Nuestra Señora de la Piedad, de Herrera de Pisuerga.
De transmitir mensajes educativos para evitar la propagación de la enfermedad como el proyecto transversal del IES Alkal’A Nahar, de Alcalá de Henares, «Más allá del sars-cov-2: saber-agradecer-reflexionar-solventar-concienciar – valorar 2.0» , y tantos otros proyectos que han ayudado a mantener la salud emocional de la sociedad, reconociendo y apoyando la labor de los sanitarios y mostrando que otro mundo es posible como con Aprendizajes Confinados, del CEIP Alba Plata de Cáceres o los Proyectos de Aprendizaje Servicio del CEIP Malala, de Mairena del Aljarafe.
Aunque no sabemos cuándo, todo pasará. Eso sí, nos habrá dejado numerosas cicatrices, y habremos cambiado en muchos aspectos. Pero un cambio es siempre oportunidad de mejora. Todos los componentes de la sociedad debemos interiorizar, pero de verdad, que la salud y la educación son extremadamente importantes.
Lo que ya sabemos es que los proyectos de aprendizaje servicio son un vehículo infalible, por el que debemos seguir apostando, para ayudar a lograrlas.
Mabel Pérez
Grupo Territorial ApS de Castilla y León